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Desveladas

2022

I - Paisaje

Majo Arrigoni presenta “Desveladas”, una instalación pictórica que involucra de manera envolvente imágenes y ambientes. El espacio es la “Galería Abre”, diseñado y dirigido por Lourdes Carranza y Luz Novillo Corvalán. Un departamento en el corazón de Nueva Córdoba con singulares características poéticas y arquitectónicas, entre ellas, que se renueva con cada exposición, permitiendo a los artistas generar proyectos vinculados a la intervención y la instalación. En “Abre” además de cambiar las exposiciones cambia la galería, un componente orgánico y vital, donde nacen diversas experiencias vinculadas a la generación de micro-relatos curatoriales y otras dinámicas lúdicas. En ese contexto, las pinturas de mujeres lectoras, rostros ensimismados y meditativos que se deslizan entre el afuera y el adentro, lo habitan. Majo Arrigoni, desde que se inició en el lenguaje pictórico, trabaja con retratos, modelos y cuerpos. Sus últimas obras hacen foco en mujeres artistas, colegas, que aparecen en sus retratos señalando, así, su ausencia en los relatos hegemónicos, tanto históricos como museísticos. En “Desveladas” aparece el componente cinematográfico común a otras de sus exposiciones que, como una veladura personal, define un estilo, un modo de crear climas y perspectivas. Las pinturas de jóvenes mujeres leyendo a Silvina Ocampo, Mariana Enríquez, María Gainza, Aurora Venturini y Alejandra Pizarnik se apropian de la galería porque cada pintura fue imaginada en cuartos, con sus ventanas a un horizonte de ciudad. La curaduría estuvo a cargo de Mariana Robles, con un recorrido de clínica durante el transcurso de la producción de la obra.

II - Lectoras

Leemos de manera silenciosa, nos resulta natural recorrer las geografías de pequeñas letras y ensimismarnos en la cadencia de una voz interna. El libro es ese objeto visual que despierta palabras dormidas, transforma nuestro espacio interior en una caverna repleta de ecos, en una caja de resonancia, polifónica y atonal. En el Siglo IV, escribe Irene Vallejos “San Agustín quedó tan intrigado al ver leer de esta forma al obispo Ambrosio de Milán, que lo anotó en sus Confesiones”. La oralidad y puesta en escena de los períodos anteriores se diferenciaba radicalmente de esta nueva performatividad lectora. Las Confesiones, un registro de la memoria y los estados interiores, se considera la primera autobiografía del mundo occidental, un retrato parlante e imaginario. Así, el relato de la vida contemplativa persiste como un susurro y atraviesa las épocas; el paisaje interior y la extensión infinita del afuera se vinculan a la misteriosa cadencia del lector. En Desveladas, Majo Arrigoni evoca jóvenes artistas leyendo a escritoras mujeres en una escena íntima y secreta, donde los libros y la lectura conviven. Una tradición pictórica de mujeres lectoras la acompaña e incluye en una constelación apócrifa que se enciende, despertando la chispa de cada silenciosa artesana del secreto. “La lectora” de Auguste Renoir, “Retrato de Lydia Cassatt” de Mary Cassatt, “Leyendo” de Edward Manet o “Habitación de hotel” de Edward Hopper son obras, entre otras, donde se percibe el clima introspectivo al mismo tiempo que la pulsión envolvente y vital de cada retratada. En literatura, Madame Bovary de Gustave Flaubert, es el ejemplo más controvertido, donde las novelas que lee Emma solapan la fisura entre lo imaginario y lo real. En las pinturas de Arrigoni sucede lo imperceptible: la interrupción del flujo lineal de las páginas escritas, la epifanía del rayo alumbrando en la noche y el horizonte de pequeñas cosas ordenadas para la continuidad del día que no sabemos con certeza si llegará. El afuera ingresa con sus estruendos, se cuela por las grietas de las casas cerradas y en un movimiento inverso pero restaurador la mirada se escapa, los ojos abiertos logran detener el tiempo. 

Mariana Robles

Curadora

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